sábado, 16 de enero de 2016

Planes sin cines



Cada nueva elección presidencial en el país vuelve a poner los reflectores de la opinión pública medianamente informada sobre los programas y propuestas de los aspirantes a gobernarnos en el próximo lustro. Aunque sabemos que en muchos casos son una colección de lugares comunes, frases hechas, propuestas demagógicas,  generalidades gaseosas y buenos deseos, y que encima casi todos los incumplirán, de todas maneras sirven de indicadores del conocimiento (o mejor desconocimiento) de las diferentes realidades del país, sus prioridades, enfoques y propuestas, cuando las hay, y que supuestamente llevarán a cabo de ser favorecidos por el voto popular.  


Una primera constatación sobre lo publicado por el Jurado Electoral, para Fuerza Popular, Perú Posible, Perú Nación y Alianza Popular la cultura no existe. Algo tienen que decir, aunque sea más floro que contenido, en Alianza para el Progreso, Partido Nacionalista, Perú Libertario, Siempre Unidos, Democracia Directa, Progresando Perú y Partido Humanista Peruano. Y si tienen propuestas al respecto, aunque no con el mismo conocimiento ni profundidad,  en Frente Amplio, Peruanos por el Kambio, Acción Popular, Orden, Perú Patria Segura, Todos por el Perú, Solidaridad Nacional y Frente Esperanza (especialmente los dos primeros, dentro de sus respectivas perspectivas ideológicas, ya que en los otros se encuentran una suma desordenada de ideas, acciones y dislates, incluso contradictorios, y en muchos casos sin mayor sustento).

El panorama se hace más crítico cuando queremos analizar las políticas para sectores específicos como la cinematografía, donde salvo Frente Amplio y  Peruanos por el Kambio nadie parece tener nada que decir. Cosa curiosa, porque el cine peruano ha dado que hablar bastante en estos últimos años, sea por los sucesos de ‘La teta asustada’ y ‘AsuMare’, el aumento significativo de estrenos peruanos o el debate sobre la ley de cine; pero para la gran mayoría de nuestros políticos y sus técnicos y asesores, parece llover sobre mojado (cuan diferente a países como España, o más cercanamente Argentina, Brasil,  Chile, Colombia, Uruguay o Ecuador; donde si se debaten estos temas, y los políticos y sus asesores pueden hablar con fundamento de esos y otros asuntos).

De todas maneras hay algunos que a falta de palabras hablan por las acciones que hicieron cuando fueron gobierno, como el fujimorismo, padre putativo de la Ley actual, la 26370, pero que también fue el primer responsable de su no aplicación, al incumplir con asignar el presupuesto establecido; lo que se prolongó con Toledo y Alan García en su segundo periodo, que tampoco cumplieron con entregar el presupuesto integro, ni permitieron un nuevo marco legal, pese a las promesas. Finalmente el nacionalismo, que si cumplió por fin con la Ley, dando una norma complementaria para su aplicación, pero que no se atrevió ni quiso apostar a un marco legal más amplio e integral con el proyecto  que promovió el Ministerio de Cultura y los gremios de cine, finalmente archivado para no molestar al MEF.

Revisando lo publicado por los dos grupos antes mencionados, hay que decir que las propuestas en el campo cinematográfico son bastante pobres y cuestionables.  En el caso del Frente Amplio su planteamiento más concreto es “Recuperación de CONACINE”, lo que parece más una reivindicación pasada que una apuesta al futuro con un organismo plural y representativo. No hay mayor explicación sin embargo de cómo esta medida pueda significar algo importante para el cine peruano actual, máxime si no hay un balance de lo que fue su accionar, ni de las denuncias que pesaron sobre los que estuvieron al mando del mismo en los últimos tiempos. Tampoco parece haberse tomado en cuenta que su existencia contraviene la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, que solo permite el uso y asignación de fondos públicos por funcionarios del Estado. Llama la atención sin embargo que no se diga nada de otros aspectos más importantes como la cuota de pantalla, la creación de la cinemateca nacional, la comisión fílmica o del fondo para la actividad cinematográfica, que formaban parte del proyecto de nueva ley de cine, que tampoco se menciona. En lo que si resulta positivo es la propuesta relacionada con la producción televisiva, en especial para la televisión pública, y la creación de un fondo similar o complementario al cinematográfico, lo que podría complementarse con el apoyo a la difusión y promoción de la producción independiente en ese importante medio, así como en las plataformas virtuales creadas o por crearse.

En referencia a Peruanos por el Kambio, ellos mencionan bastante escuetamente lo siguiente: “En cuanto al sector cinematográfico, la entrega del fondo concursable de la Ley de Cine empezó a cumplirse a cabalidad luego de 20 años de promulgada la Ley respectiva (la Ley Nº 26370, de 1994) Es necesario que este compromiso estatal no dé marcha atrás; así como es indispensable trabajar en la actualización de su legislación“. Lo que significa que por lo menos en el papel, se asegura el cumplimiento de la ley y sus recursos por ser un “compromiso estatal”. Es interesante también que sea el único que  hable de actualizar la legislación, aunque cabría preguntarse en qué sentido se propone y al servicio de quienes, ya que podría significar una vuelta a propuestas como la “ley Raffo” antes que a las que han venido sosteniendo los cineastas en los últimos años. Debe tenerse en cuenta que la cabeza de esta agrupación y candidato presidencial fue Ministro de Economía y Primer Ministro en la administración de Toledo, donde no solo se incumplió la ley sino se eliminó la exoneración tributaria para las películas peruanas y culturales, como se había hecho también con el impuesto a los espectáculos culturales (que finalmente se revirtió por la masiva protesta de los artistas y teatreros). Y quien lo acompaña en la plancha fue Ministra de Economía de García, y enemiga acérrima de una posible ley de Mecenazgo, a pesar de que era impulsada por congresistas del Apra.

En fin, así están las cosas para el cine peruano, con una cartelera electoral que a veces parece  tan lamentable como la de los cines comerciales…esperemos el intermedio.