Cada
nueva elección presidencial en el país vuelve a poner los reflectores de la
opinión pública medianamente informada sobre los programas y propuestas de los
aspirantes a gobernarnos en el próximo lustro. Aunque sabemos que en muchos
casos son una colección de lugares comunes, frases hechas, propuestas
demagógicas, generalidades gaseosas y
buenos deseos, y que encima casi todos los incumplirán, de todas maneras sirven
de indicadores del conocimiento (o mejor desconocimiento) de las diferentes
realidades del país, sus prioridades, enfoques y propuestas, cuando las hay,
y que supuestamente llevarán a cabo de ser favorecidos por el voto popular.
Una primera constatación sobre lo publicado por el Jurado Electoral, para Fuerza
Popular, Perú Posible, Perú Nación y Alianza Popular la cultura no existe. Algo
tienen que decir, aunque sea más floro que contenido, en Alianza para el
Progreso, Partido Nacionalista, Perú Libertario, Siempre Unidos, Democracia
Directa, Progresando Perú y Partido Humanista Peruano. Y si tienen propuestas
al respecto, aunque no con el mismo conocimiento ni profundidad, en Frente Amplio, Peruanos por el Kambio,
Acción Popular, Orden, Perú Patria Segura, Todos por el Perú, Solidaridad Nacional
y Frente Esperanza (especialmente los dos primeros, dentro de sus respectivas perspectivas
ideológicas, ya que en los otros se encuentran una suma desordenada de ideas,
acciones y dislates, incluso contradictorios, y en muchos casos sin mayor
sustento).
El
panorama se hace más crítico cuando queremos analizar las políticas para sectores
específicos como la cinematografía, donde salvo Frente Amplio y Peruanos por el Kambio nadie parece tener nada
que decir. Cosa curiosa, porque el cine peruano ha dado que hablar bastante en
estos últimos años, sea por los sucesos de ‘La teta asustada’ y ‘AsuMare’, el
aumento significativo de estrenos peruanos o el debate sobre la ley de cine;
pero para la gran mayoría de nuestros políticos y sus técnicos y asesores,
parece llover sobre mojado (cuan diferente a países como España, o más cercanamente Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Uruguay o Ecuador; donde si se debaten estos temas, y los políticos y sus asesores pueden hablar con fundamento de esos y otros asuntos).
De
todas maneras hay algunos que a falta de palabras hablan por las acciones que
hicieron cuando fueron gobierno, como el fujimorismo, padre putativo de la Ley
actual, la 26370, pero que también fue el primer responsable de su no aplicación,
al incumplir con asignar el presupuesto establecido; lo que se prolongó con
Toledo y Alan García en su segundo periodo, que tampoco cumplieron con entregar
el presupuesto integro, ni permitieron un nuevo marco legal, pese a las
promesas. Finalmente el nacionalismo, que si cumplió por fin con la Ley, dando
una norma complementaria para su aplicación, pero que no se atrevió ni quiso apostar
a un marco legal más amplio e integral con el proyecto que promovió el Ministerio de Cultura y los
gremios de cine, finalmente archivado para no molestar al MEF.
Revisando
lo publicado por los dos grupos antes mencionados, hay que decir que las
propuestas en el campo cinematográfico son bastante pobres y cuestionables. En el caso del Frente Amplio su planteamiento
más concreto es “Recuperación
de CONACINE”, lo que parece más una reivindicación pasada que una apuesta al
futuro con un organismo plural y representativo. No hay mayor explicación sin
embargo de cómo esta medida pueda significar algo importante para el cine
peruano actual, máxime si no hay un balance de lo que fue su accionar, ni de
las denuncias que pesaron sobre los que estuvieron al mando del mismo en los
últimos tiempos. Tampoco parece haberse tomado en cuenta que su existencia contraviene
la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, que solo permite el uso y asignación de
fondos públicos por funcionarios del Estado. Llama la atención sin embargo que
no se diga nada de otros aspectos más importantes como la cuota de pantalla, la
creación de la cinemateca nacional, la comisión fílmica o del fondo para la
actividad cinematográfica, que formaban parte del proyecto de nueva ley de cine,
que tampoco se menciona. En lo que si resulta positivo es la propuesta
relacionada con la producción televisiva, en especial para la televisión pública,
y la creación de un fondo similar o complementario al cinematográfico, lo que podría
complementarse con el apoyo a la difusión y promoción de la producción
independiente en ese importante medio, así como en las plataformas virtuales
creadas o por crearse.
En
referencia a Peruanos por el Kambio, ellos mencionan bastante escuetamente lo
siguiente: “En cuanto al sector cinematográfico, la entrega del fondo
concursable de la Ley de Cine empezó a cumplirse a cabalidad luego de 20 años
de promulgada la Ley respectiva (la Ley Nº 26370, de 1994) Es necesario que
este compromiso estatal no dé marcha atrás; así como es indispensable trabajar
en la actualización de su legislación“. Lo que significa que por lo menos en el
papel, se asegura el cumplimiento de la ley y sus recursos por ser un “compromiso
estatal”. Es interesante también que sea el único que hable de actualizar la legislación, aunque
cabría preguntarse en qué sentido se propone y al servicio de quienes, ya que
podría significar una vuelta a propuestas como la “ley Raffo” antes que a las que
han venido sosteniendo los cineastas en los últimos años. Debe tenerse en
cuenta que la cabeza de esta agrupación y candidato presidencial fue Ministro
de Economía y Primer Ministro en la administración de Toledo, donde no solo se
incumplió la ley sino se eliminó la exoneración tributaria para las películas
peruanas y culturales, como se había hecho también con el impuesto a los
espectáculos culturales (que finalmente se revirtió por la masiva protesta de los
artistas y teatreros). Y quien lo acompaña en la plancha fue Ministra de
Economía de García, y enemiga acérrima de una posible ley de Mecenazgo, a pesar
de que era impulsada por congresistas del Apra.
En fin,
así están las cosas para el cine peruano, con una cartelera electoral que a veces
parece tan lamentable como la de los
cines comerciales…esperemos el intermedio.
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